Crimea
La península de Crimea a menudo se llama «el mundo en miniatura»: hay un mar, llanuras, montañas, estepas y volcanes extintos, lagos salados. Es un mundo de paisajes asombrosos, un rico trasfondo cultural y un clima subtropical respaldado por una cálida brisa que sopla desde el Mar Negro. No hay nada sorprendente en el hecho de que griegos, tártaros, mongoles, hunos, turcos, rusos, franceses y británicos lucharon por esta península durante muchos siglos.
Aquí puede esquiar y relajarse en maravillosas playas de arena, explorar la belleza submarina y volar bajo las nubes. Los árboles de hoja perenne (olivos, palmeras, cipreses exóticos y cedros libaneses) le dan un sabor especial al paisaje. El aire en sí está lleno de aromas curativos de plantas y hierbas con flores, lo que le da a los paseos un estado curativo.
La costa sur de Crimea es un lugar especial. La parte más atractiva e interesante de la península, la llamada Riviera rusa: comprenderá cuán preciso es este nombre si viene aquí durante los meses de verano. Aquí, las calles estrechas serpentean hacia el mar cálido, las laderas de las montañas están enterradas en cipreses y olivares, y los palacios de la alta sociedad están escondidos en las extensiones de las antiguas propiedades. La atracción más memorable de toda la península es, sin duda, Bakhchisaray, la antigua capital de los tártaros de Crimea con una ubicación impresionante y un palacio de Khan bellamente conservado.
¡Ven a Crimea para ver este esplendor con tus propios ojos!